Claudio Gugnali: “A Estudiantes lo quieren sólo los de Estudiantes”

Así lo sintetizó el actual ayudante de Alejandro Sabella en la Selección Argentina, quien habló de la importancia del pincha en su carrera. Gugnali contó detalles de los tres partidos claves y por los que fueron muy criticados: 1) Aquel empate con Central que le permitió a Argentinos Juniors ser el campeón; 2) La eliminación ante Inter por la Libertadores; 3) El histórico duelo con Barcelona en Dhabi.
En el primer caso, explicó que: “aquel partido con Rosario tuvimos la desgracia que nos expulsen a Verón y eso no es poco, ahí perdimos el campeonato, pero ese día Independiente le ganaba a Argentinos 3 a 1". Y rápidamente advirtió que: "A Estudiantes lo quieren sólo los de Estudiantes, no creo en la mala fe y nunca perdí un partido por voluntad propia, pero ese día que Argentinos lo dio vuelta mucha gente que no era de Estudiantes habrá estado contenta, el último gol fue de esos raros".
Por otro lado, el partido contra el Inter de Porto Alegre, afirmó que: “ganábamos 2 a 0, veníamos en doble competencia y en ese torneo ganamos 14 de 19 partidos. En ese partido entró Rojo para armar la línea de 5 que tanto réditos nos dio, fue para cerrar el partido, en el gol de ellos Clemente no estaba porque había ido para adelante"."Podría ser que le fallamos a la historia, no lo hicimos porque teníamos otras virtudes, tirarse a parar el partido no es un defecto, pero hicimos otra apuesta" señaló Gugnali, afirmando que en "Abu Dhabi un centro se desvió y no nos permitió ser campeón del mundo, y con Inter un jugador eligió mal la jugada y el Inter nos empató, muy poco para reprocharnos"
Por último, el ayudante recordó el duro choque con el Barcelona: “Al Barcelona le jugamos de igual a igual, le ganábamos, y para la estadística es empate" bromeó, para concluir reconociendo que "la Copa Libertadores me la voy a llevar a la tumba, pero ese partido está por encima del de Cruzeiro, más allá de los 70 mil hinchas con la bufanda de campeón".

                                                                                                    Por Claudio Figueroa