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9 feb 2013

El curioso caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Columna de opinión.



Si hubiese que comprar el partido de Estudiantes con algún libro definitivamente sería con la obra de Robert Louis Stevenson, El curioso caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

El equipo arranco su encuentro contra Tigre jugando a un nivel superlativo, con destellos de aquel equipo que comandaban Braña, Verón, Sosa y Enzo Pérez que supo salir subcampeón en el 2010 antes de coronarse en el último apertura.

Con la proyección que aportaban Núñez, Iberbia y Jara hacía parecer que era cuestión de minutos para que se rompa el cero y de hecho fue así. A los 9 minutos y tras una dudosa falta sobre Leo Jara, el Pampa metió un golazo de tiro libre, el primero tras su retorno al club el semestre pasado.

Estudiantes jugo unos primeros 20 minutos sin sobresaltos más allá de una jugada de quien resultaría ser una de las figuras del partido, Rubén Botta, que se fue al lado del palo derecho del Gori Silva.

A los 27 cayó el inesperado empate del equipo de Victoria. Una jugada aislada, una pelota parada (si, nuestra especialidad) que corta mal Silva quien termina chocando con Orban le permite a Botta marcar el empate a pesar del esfuerzo del Chavo por sacarla de media chilena sobre la línea. Este fue el punto de inflexión del partido, acá es donde desapareció el bueno del Dr. Jekyll y entro en escena el monstruoso Mr. Hyde.

Estudiantes empezó a errar en lo simple, en los pases cortos, en la marca y a los 45 minutos, sobre el cierre de la primera parte, Donatti quien ya había cabeceado a las manos de Silva tras un córner, mete el 1-2 tras un potente cabezazo al medio del arco.

Ya en la segunda parte el equipo se desdibujo, ni las entradas de Carrillo, Benítez y Correa le dieron el aire que buscaba y para colmo los que ya estaban adentro no ayudaban tampoco.

En un segundo tiempo que estuvo de más. Hubo una inocente falta del Gori sobre Botta en el área que no pudo ser aprovechada por Gastón Díaz, aunque a los 31 minutos y tras un puntinazo al mejor estilo potrero del Flaco Peñalba, Silva comete su tercer error del partido (1º la mala salida en el gol de Botta y 2º la falta del penal) poniendo flojitas las manos y permitiendo que el partido quede cerrado en un 3-1. El resto es historia como dicen, ahora quedará en Cagna arreglar los errores que se vieron en este equipo tal así como en el libro quedaba en el Dr. Jekyll seguir siendo el bueno y no el malo.

Guido Cilli

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