En la jornada desábadol , Estudiantes trepo a la
punta del torneo, con valla invicta y un gol del 9 ¿no?
Todo color de rosa, abrazos en las casas o en
los bares y felicidad en las caras de los infiltrados de siempre, pero… ¿Fue un
partido para festejar?
Enfrente al Pincha se vio un equipo que viene
siendo débil en los últimos encuentros, más si analizamos el éxodo de figuras
como Maxi Núñez y Mauro Matos, y aún mas débil si entendemos que tres de sus
titulares estaban suspendidos.
Estudiantes jugó mal, tuvo muy pocas chances
de gol (acierto de Pellegrino en poner un especialista en saques laterales como
Goñi) claras y se vio dubitativos a varios jugadores como el caso de Correa,
Auzqui y Schunke. El fastidio del 11 se vio en todo el partido, y por momentos
me hizo acordar a aquel partido frente a Colon que sembró aquella frase “Hay
que poner los cerebros en remojo”.
Ganamos, si, es cierto, estamos en la punta,
también es verdad, pero no hay que dormirse en los laureles, recién van dos fechas,
que los resultados sirvan como base para trabajar el doble durante en la
semana.
Que el triunfo de ayer no sea un colchón para
dormir una siesta porque al que se duerme y vive de sueños, se lo comen
dormido.
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